Mi compa Dean y yo (y la demás banda también)
Pos estaba yo a toda madre leyendo el periódico el viernes en mi oficina, cuando llega el meteorólogo, en realidad no es meteorólogo pero le entiende perfectamente a todas las gráficas y fotos del pronostico del tiempo: trayectorias, tormentas tropicales, pies de marejada, ojo del huracán, ráfagas y todas esas mamadas. Llega Mauricio (el meteorólogo) y me dice ¿Ya viste la trayectoria de Dean?- mientras entra caminando bien quitado de la pena y yo cierro la página del periódico echo madres para que no se de cuenta que me estoy haciendo guey. La verdad no, de hecho no sabia nada-le contesto. Pos ábrete la página para que lo veas. Y efectivamente venia un huracán desde el Caribe con trayectoria a partirle la madre a la península de Yucatán. Ya tuvimos una reunión ayer para ver si bajamos al personal-me dice Mauricio- Para que estés pendiente por si hay que ir a dos bocas a recoger al personal.
Ese día tenia yo una reunión muy importante con un sindicato que nos quería emplazar a huelga y luego clases, tons básicamente se me olvidó el huracán, pero el objetivo principal de Dean era pegarle de nuevo a Cancún, pos así menos me preocupé.
El sábado por la mañana la dueña de mis quincenas iba a ir al súper a comprar lo indispensable en caso de que el huracán llegara, pero, tuvo un pequeño accidente que terminó con 5 puntadas en el dedo medio de su pie izquierdo. Este es otro tema, pero si oyen que hay granadas personales distribuidas por la isla, como si fuera África, o vidrios en las albercas, no fui yo.
Total el domingo en la mañana, muy temprano, me lanzo al súper por las provisiones, pensando que si el huracán llega el martes, de seguro ya no hay nada o va a estar hasta la madre el súper. Hasta crees. El súper estaba recién surtido, y no había más que otros tres cristianos madrugados y yo (también desmañanado con lagaña en el ojo y toda la cosa). Y que empiezo a ver que compro para los días del encierro por el meteoro: palomitas para micro, nieve, verduras congeladas, gatorade en polvo, pizzas congeladas, y unas latas de atún que se me pegaron.
Luego ese mismo día, iban a evacuar al personal de plataforma por Dos Bocas, un puerto que esta a dos horas de aquí, le hablaron a Abel (mi brazo derecho, y eso que soy zurdo) para que fuera a atender y despachar al personal, pero curiosamente se sentía mal, entonces seguía yo en la lista para ir. No es que uno no quiera trabajar, pero estar 30 horas en el puerto, sin dormir, a 34 grados (de los de acá que se sienten como cien), recibiendo cabrones que se portan peor que princesitas, pos no es lo mío la verdad, pero afortunadamente logre librarla y el domingo fue básicamente solo para tirar pelota.
El lunes por la mañana, en la oficina, después de estar citado a una junta en Pemex, se retraso una hora y duró cinco minutos, el meteorólogo y su servidor, viendo que la trayectoria de mi compa Dean había cambiado de pegarle a Cancún a madrearse a Ciudad del Carmen, tomamos la decisión de decirle al personal de la oficina que el martes no había trabajo y el miércoles hablábamos para ver que hacíamos.
Llego a mi oficina para preguntarle a Abel y Betty (son los que hacen toda la chamba por mi y yo me cuelgo las estrellas) si ya estaban listos para el huracán y Abel me dice, a poco va a llegar? No he comprado nada. Me lleva. Pos lánzate a comprar palomitas para micro y nieve- le contesto- No vaya a ser que nos caiga el chahuistle y luego que haces. Luego Betty se encargó de conseguirnos agua de garrafón para todos aquí en la office, porque según las noticias de mis corresponsables en la calle, la isla era un caos.
Todas las gasolineras llenas, filas y filas de coches cerraban las calles y nadie podía avanzar, todas las tiendas y supers, llenos de gente y vacíos de comida, ya no había agua de garrafón en ningún lado. Otras calles cerradas porque el municipio estaba cortando arboles, nunca faltan los choques que también paralizan las pocas calles transitables que quedan, total, el pinche caos de todo a última hora.
Ya por la tarde, en la casa de ustedes (a ver si me ayudan con la hipoteca también) nos dedicamos a dejar todo listo.
El martes por la mañana me levanto muy temprano y me asomo por la ventana a ver como estaba el día. Pinche sol a todo lo que daba y como 30 grados. Es horrible la calma, ver el día como si nada, pero saber que al rato llega el madrazo. Y por fin, alrededor de medio día empezó a llover, y se fue la luz. Y siguió lloviendo y regreso la luz y se volvió a ir a las siete de la tarde, para enterarnos mas tarde por radio, que había sido un corte general a toda la isla de manera preventiva para evitar accidentes y regresaba al día siguiente después de medio día. ¡Me lleva la chingada!-pensé. Y le pregunto a la dueña de mis quincenas: Señora, y ahora ¿qué hacemos con las 15 películas que rentamos? ¿Y la nieve? ¿Y las verduras congeladas y las palomitas de micro y las pizzas congeladas?.- Y con toda la naturalidad y amor me contesta-Quien te manda animal.
Chingado, pos toda la tarde estuvimos leyendo y escuchando el radio, pero esta fue la mejor parte de todo el huracán. De tres estaciones de radio que hay, dos salieron del aire por antenas que se cayeron, y la única que trabajaba tuvo una “cobertura completa de la llegada del meteoro”. Aquí una lista de los comentarios que escuchamos:
- “¿A que horas va a llegar la luz?” Esto lo preguntaban cada 5 minutos y el comentarista ya lo había dicho como diez mil veces.
- “¿Vamos a poder ver La Gaviota?”
- “¿Si ustedes tienen luz nos pueden platicar el final de Juan Querendón?”
- “Oiga, nomas hablo para decirle que yo tenia en el patio dos cocodrilos pero ya no están, si alguien los ve que me avise, porque son míos.”
- Un reportero comunicándose con el conductor “El velador del domo del mar esta bien, tienen aquí todo el día, aguantando la lluvia y el viento, lo único que pide a sus patrones, que le lleven algo de comer, tiene desde las 7 am que le llevaron el desayuno y no tiene agua y comida.” Ya eran las 10 pm y el domo del mar esta en la playa!! Donde pegó más machín mi compa Dean.
- “Habla el vigilante del zoológico para ver si se pueden comunicar con el director, desde hace rato no veo a los leones, no se si todavía estén aquí”.
- “¿Ya va a llegar la luz?” Y dale.
- “Además del huracán Dean, yo tengo otro en la casa, Pancholo, niño hiperquinético sin TV y Playstation”.
- “Señor locutor, ¿nos puede pasar por el radio un pedacito de la novela?”
- Otro reportero al locutor “Te confirmo, ya no hay ni un gramo de gasolina”. ¿?????
Y así estuvimos toda la noche. A la hora de dormir un infierno, no puedes abrir las ventanas porque se mete lagua y el pinche calor estaba muy cabrón, entonces lo de dormir es literal.
Al día siguiente, de nuevo el sol, evaporando el agua, para que este todavía más húmedo el día. Nos enteramos en el radio que el presidente venia a la isla porque fue la ciudad mas afectada. Lo más cagado fue que cuando llegó, pensó encontrarse con una isla inundada totalmente, sin gente en las calles, y todo caído. Error, alguien le informó mal, nada mas estaban inundadas unas colonias (se ha inundado peor otras veces sin huracán), toda la banda ya andaba en el desmadre en la calle, tomando fotos, de compras, y solamente se cayeron unos cuantos arbolitos y postes, pero no como para ser “el municipio mas afectado”.
Y básicamente así fue como nos trato mi compa Dean, lo único malo es que la temporada de huracanes apenas comienza y a ver cuantos mas nos toca, pero no importa porque todavía tengo nieve y gatorade en polvo para aguantar lo que venga.
viernes, 7 de septiembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
este cuento huracanado es la onda.
qué bueno que no pasó a mayores.
y qué fue de lo leones? los encontraron?
lo siento por los que no pudieron ver "la gaviota".
para la otra ya lo sabes: los huracanes y la renta de películas no se mezclan.
un abrazote del tamaño de la isla.
luis
Publicar un comentario